El agua, recurso indispensable para el desarrollo de la vida y de las actividades humanas, escasea y nos pone en un escenario crítico, donde su uso responsable debe ser una prioridad. Este esfuerzo debe ir de la mano con un estricto monitoreo del recurso y las actividades productivas que lo afectan, además de la aplicación de nuevos y altos estándares, con un buen seguimiento, trazabilidad y reportabilidad, que permita dar cuenta de los impactos a todos los actores involucrados.